Conocí los vinos de Care a través de José Manuel, mi cuñado hace unos años.
Mi cuñado nos sacó el vino en una comida familiar y enseguida descubrí un buen “caldo” cuidado y sabroso.
Poco a poco, me fui haciendo un “fan” de las bodegas o mejor dicho de sus vinos ya que Jesús nos traía en cajas desde la bodega puesto que encontrarlos en los supermercados nunca ha sido una tarea fácil.
Por eso cuando Ana me propuso ir a comer un sábado con toda la familia me pareció un plan perfecto que acepté al instante.
Y así tras el partido del sábado, y con el buen sabor de boca de una victoria, nos dirigimos hacia Cariñena lugar donde se encuentran las bodegas Care.
Había sido una semana muy fría, rematada por un sábado en esos en los que el cierzo sopla de manera “criminal” en Zaragoza, ya que de comino a las bodegas el campo blanco dejaba ver la cara más dura del invierno.
Cuando llegamos nos encontramos con un amplio comedor vacio donde nos situamos en dos meses privilegiadas, una de” mayores” y otra con los niños.
Y comenzó el “festín” un menú de degustación compuesto por 5 platos maravillosamente servidos y regados por los diferentes “caldos” de la casa.
Un menú degustación comenzado por salmón, siguiendo por tres tipos de foie y pulpo.
Y luego cuando ya estábamos “llenos” vino l pescado y la carne.
Para terminar con un postre rico, rico…
Charla con amigos en un ambiente encantador y terminando con una visita a las bodegas.
Aprovechar y hacer una visita a Cariñena y disfrutar de vinos y comidas en las bodegas Care.
Que buena experiencia la verdad , siempre me han gustado este tipo de experiencias . Hay que sacar o pedir turno para poder pasar el dia en la bodega ?