Hay ciertos momentos en nuestra vida laboral en los que no tenemos claro hacia dónde nos dirigimos profesionalmente, cuál es nuestro desempeño, o qué se espera de nosotros.
En esos momentos, mantenernos «enfocados» puede resultar complicado, pero con un mercado laboral como el actual, cada día es más necesario no perder el «foco» de nuestro negocio o de nuestra vida profesional.
Al empezar un nuevo negocio o emprender una nueva «aventura» profesional, a veces pretendemos coger todo lo que «pasa» a nuestro lado por el simple hecho de facturar, de conseguir esos primeros ingresos tan necesarios en estos días, pero no nos paramos a pensar si lo que estamos haciendo tiene que ver o no con nuestro negocio, con lo que realmente «queremos» hacer, y si lo sabemos hacer para poder dar un buen servicio a nuestros clientes.
Por eso hablamos de estar «enfocados», o lo que es lo mismo, de encontrar dónde está el «foco» de nuestro negocio, concentrando todas nuestras energías hacia allí, centrándonos realmente en lo que queremos y sabemos hacer, y preocuparnos en «ser los mejores».
Pero estar enfocados lamentablemente no es tan sencillo como «apretar» un botón que nos enseñe nuestros objetivos y metas; estar enfocados es vivir «centrados» y saber en todo momento a dónde queremos llegar.
Con este enfoque será más fácil que consigamos nuestros objetivos, previamente marcados, ya que pondremos «toda la carne en el asador», en lo que es realmente importante para nosotros.
Centrados en lo que realmente nos interesa, en lo que es importante para nuestro negocio o actividad laboral, conseguiremos aprovechar más el tiempo, tener mayor productividad y conseguir las metas propuestas de manera rentable, pero además estaremos contentos con nosotros mismos al comprobar cómo nuestro trabajo avanza y nos llena personal y profesionalmente.
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