Es el título de una famosa canción de Mecano con la que Ana Torroja abrió la segunda parte de su concierto el pasado 6 de Octubre en Zaragoza con motivo de las Fiestas del Pilar.
Con una plaza del Pilar abarrotada de gente, la ex-Mecano cautivó al público con las canciones más clásicas de la banda, aquellas que ya sonaban por los años ochenta.
Yo nunca fui mucho de Mecano, la verdad sea dicha; como todos los de nuestra generación, conozco sus canciones, escuchadas de joven, pero sin más.
Pero Ana Torroja supo encandilar a los que estábamos en la Plaza del Pilar… a mí también; con un buen montaje de luces y sonido, una voz que sonaba maravillosamente y una gran puesta en escena, nos hizo recordar algunos temas de nuestra juventud.
Demostró que sobre el escenario puede ser algo más que un jurado de un programa de televisión o un personaje mediático; pese a sus cincuenta años -que no aparenta en absoluto- y con un cuerpo cuidadísimo, sigue moviéndose sin parar por el escenario con toques dignos de la propia Madonna.
Un concierto diferente, que pasé disfrutando en familia y que ha hecho cambiar el concepto que tenía de esta artista… y esta vez para mejor.
