Cuando vi Matrix en 1999 recuerdo que me impacto, pero creo que no la había entendido.
Fan como soy de la ciencia a ficción y de películas como Minority Report o a los libros de Willian Gibson como Neuromante, pensaba que Matrix se acercaría a ese tipo de mundo del futuro donde todo será dominado por la máquinas.
Y aunque la tengo en DVD, Al igual que toda la trilogía, nunca me había llamado la curiosidad para volver a “chuparme” las dos horas de película de los hermanos Wachowski, pero el otro día teniéndola en Yomvi tan a la mano, pensé que quizás este era el momento.
Cuando la ví, en 1999, me quede como mucha gente, con una peli «rara» pero con unos efectos especiales alucinantes, pero sin nada más.
Ahora quince años después y con lo que hemos avanzado mi visión de Matrix ha sido diferente, me ha vuelto a recordar al «hielo» de las novelas de Willian Gibson aunque mi hermano Paco estará empeñado en que no.
Y sobre todo, además de gustarme me ha hecho pensar, y pensar en que ahora ya estamos en una sociedad conectada, en que las «máquinas» intentan darnos la felicidad y Matrix, cuya predecesora puede ser Internet comienza a «controlar» nuestras vidas de una manera que incluso para mi que me gano la vida con el mundo online me asusta.
Os recomiendo que si tenéis la oportunidad la volváis a ver, pero esta vez no como una simple película de ciencia y ficción sino como un futuro que nadie querríamos que llegase.
Para mí, la trilogía sigue siendo imprescindible en cuanto a la Ciencia-Ficción, 15 años después sigue siendo muy díficil de de igualar y no digamos ya de superar como película