Hay veces cuando compramos tecnología que no tenemos claro que queremos comprar y el precio condiciona nuestra compra.
Otras veces las modas o simplemente la recomendaciones nos ayudan a despedirnos pero realmente miramos más allá a la hora de comprar galletas tecnológicos.
Aunque lo realmente correcto sería diferenciar cuando compramos un aparato tecnológico para nuestro hacíamos de manera particular y un aparato tecnológico que va ser la clave nuestro trabajo.
Yo, que a lo largo de mi vida profesional he tenido que comprar mucha tecnología cada día lo tengo más claro, y ahora que compro para mi propia empresa tengo claro que busco calidad y productos que no me den quebraderos innecesarios de cabeza.
Por eso he confiado en Apple, y la verdad es que los chicos de la Manzana han vuelto a sorprenderme gratamente.
Este verano tuve un problema con mi iPhone del cual poco a poco se iba despegando la pantalla, el teléfono ya no se encontraba en garantía y encima para poner las cosas peores era un teléfono americano del cual podía suponer que iba a tener problemas si se me estropeaba.
Pero como el teme ya era insoportable, decidí ir al Apple Store y hablar con la gente de la tienda sobre mi problema.
La persona que me atendió como siempre super-amable me comento que tenía que «pedir hora» para que un técnico me lo revisase pero que lo normal era que me cambiarían la pantalla y listo, que tenía un coste estándar puesto que el teléfono se encontraba fuera de garantía pero que ellos me lo arreglarían.
Haciendo conjeturas de lo que me dirían o me dejarían de decir y del coste de la reparación así de como si había llegado el momento de actualizar mi teléfono volví a casa esperando el día que tenia que atenderme el técnico.
Volví a los días con mi teléfono y me lleve una sorpresa mayúscula; resulta que lo que le ocurría a mi querido iPhone era que tenía un «error de fabricación» por el cual hacia que la batería engordase de tamaño y eso hacia que mi pantalla se despegase.
Según el técnico de Apple era un error que la compañía de Cupertino tenía tipificado y como ocurría una vez cada n-mil teléfonos esta hacia el cambio del teléfono sin importarle cuando hubiera sido comprado por otro «nuevo».
La verdad es que no salía de mi asombro, lo que para mi se había convertido en un problema resultaba que se iba a solucionar con que después de 20 meses de tener el teléfono iban a entregarme uno nuevo.
El técnico me comento también que como mi teléfono era americano y el no disponía de modelos americanos en la tienda tendría que esperar unos días a que me llegase el teléfono pero que tan pronto como lo tuviesen me lo harían saber y me llamarían para hacer el cambio.
Mi cara cambio, y salí de la tienda encantado, la verdad, no podía creérmelo.
Pero menos aún cuando al día siguiente me llamaron de la tienda a decirme que mi teléfono estaba disponible, que hiciese una copia de seguridad del viejo y me pasase a por él cuando quisiese; así que dicho y hecho y pese a que utilizo iCloud ora alas copias del teléfono por si acaso hice una copia en el iTunes de mi Mac Book y me fui para allá.
En menos de una hora y gracias a la tecnología en la nube de Apple, iCloud, tuve toda la información en mi nuevo teléfono y podía disfrutar de un teléfono 100% operativo y «nuevo».
En resumen, que vi los teóricos euros de más que los que usamos tecnología Apple pagamos mas que aprovechados y que tengo claro que mientras Apple funcione como funciona intentare no cambiar de marca; la verdad es que esto es fidelidad y tener contentos a los clientes.
Yo tuve una experiencia similar con mi iPhone 3Gs.
Lo notaba más lento de lo habitual y un día decidí ir al concesionario Movistar, donde lo adquirí con una tarifa determinada. Resulta que quedaba solo un día de garantía, pero llamamos por teléfono y me lo reemplazaron por otro nuevo que me enviaron a casa a los pocos días, sin preguntar la causa. Lo único que me pidieron fue que rara por el agujero de la toma de auriculares y dijera qué color veía en el fondo: blanco o rojo. Hasta aquí puedo leer,
Saludos,
Jam