Ayudar de manera desinteresada

Cuando nos vienen “mal dadas” parece ser el momento en que pensamos en la solidaridad, en ayudar a los demás y poner nuestro granito de arena en una sociedad que parece irse “al carajo”, para intentar que las cosas mejoren.

Pero también es un momento especialmente complicado, y la caridad en forma de ayuda económica es cada día más difícil; algunos piensan: “si mucha gente no tiene ni para sí misma, ¿cómo va a compartir?”.

Por eso compartir nuestro tiempo libre, nuestra experiencia o nuestros conocimientos con otras personas, es una buena manera de ayudar a otras personas.

Y es en este momento en el que surgen iniciativas como la de “Favorescencia”, propulsada por Toño Velasco desde Oviedo dentro de Facebook, con la filosofía de la película “Cadena de favores” de Mimi Leader, en la que Eugene Simonet, un profesor de ciencias protagonizado por Kevin Spacey, decide asignar a sus estudiantes la tarea de buscar métodos para mejorar el mundo.

Entre dichas “tareas”, Trevor Mc Kinney se inventa un sistema ingeniosamente simple: su idea consiste en ayudar a tres personas en algo que no podrían hacer por sí mismas, y en lugar de que esas personas le devuelvan el favor, cada una de ellas debe de ayudar a otras tres personas y así sucesivamente… y con eso crear la “cadena de favores”.

De esta manera y siguiendo este patrón, se están llevando a cabo algunas iniciativas como esta que hoy os comentamos, poniendo a personas, con ganas de ayudar, con ganas de cambiar, en contacto.

Os recomiendo que miréis la iniciativa de Toño, con las propuestas que hace la gente, superinteresantes y desinteresadas.

Animaros a participar, todos tenemos algo que enseñar, todos tenemos algo que aprender, que compartir, y siempre encontraremos a alguien a quien poder ayudar.

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