Que el cómic es un medio de expresión artística, no creo que le quepa ninguna duda a nadie: las viñetas son pequeños «cuadros» con los que el ilustrador expresa su arte.
El problema suele estar en nosotros, los lectores, que mientras leemos los cómics, no nos paramos a “verlos”, pues el ritmo de la historia, los diálogos y «bocadillos» hacen que nos perdamos muchos detalles de las ilustraciones.
Por esa razón, hay ilustradores que de vez en cuando «nos sorprenden» con viñetas que parecen que están creadas exclusivamente para el lucimiento personal del artista y que no aportan «acción» a la historia, sino más bien sirven de introducción o presentación de la misma.
Y pese a que Hergé no es muy dado a este tipo de técnica, en «El Loto Azul» nos regala varios pasajes de este estilo para ilustrar el álbum; siendo como es éste uno de los más coloristas del ilustrador belga, estas viñetas cuadran a la perfección y nos permiten disfrutar todavía más del arte de Hergé.
Pararos a «mirar» este álbum, no solamente a leerlo y disfrutarlo; hay mucha gente que opina que un buen cómic necesita dos lecturas, una de la historia y otra de los dibujos. Quizás sea una táctica recomendable y desde luego, para «El Loto Azul«, una manera de disfrutar el doble.