Enseñémosles a «volar»

El faro de Torredembarra, por Isaac Bolea

Los padres, por defecto, somos proteccionistas: esperamos tener a nuestros hijos siempre debajo de nuestras alas «controlados» y tenemos miedo a que se suelten, a que vivan su vida.

Intentamos resolver sus problemas en vez de escucharlos, vivir por ellos en vez de acompañarlos.

Y lo que ocurre es que a nuestros hijos debemos darles «cancha»; como solía decir un antiguo jefe mío, «darle hilo a la cometa», vigilantes por si entran en alguna tempestad o cogen un «mal viento», pero sin manejar nosotros la cometa.

Y como padre, reconozco que es muy complicado. Aún estando convencido de ello, muchas veces nos asaltan miedos, dudas, inquietudes, que les traspasamos a ellos, que no las tienen.

Y este dejarles «marchar», este dejarles «volar» incluye conseguir que se hagan responsables de sus cosas, de su entorno, de su vida. Evitar que puedan cargar sus culpas a los padres porque no les hicimos algo que les correspondía; deben de ser ellos quienes lo hagan.

Para empezar es un buen momento cuando salen de casa o cuando van al colegio: acostumbrémoslos desde pequeños a que sean ellos quienes organicen sus mochilas y sean responsables de lo que se llevan.

También el relacionarse, salir de casa a campamentos o con amigos les hace bien, no deben estar siempre bajo nuestras alas.

No los enjaulemos, dejémosles volar y poco a poco iremos ayudando a esas personitas, de las que tenemos el lujo de compartir algo de sus vidas, a llegar a moldearse y convertirse en personas libres y completas.

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4 respuestas a Enseñémosles a «volar»

  1. javi dijo:

    Muy bien pero recuerda q la sociedad actual y las formas de relacion han cambiado. pero si q es verdad q a los padres los miedos nos angustian.

  2. Chema dijo:

    De acuerdo en todo. De la educación de los hijos, lo más duro de asumir es que no nos pertenecen, decimos que son nuestros porque nos han necesitado para nacer, y de hecho también para crecer, pero son personas independientes, de ninguna manera una prolongación nuestra. El mayor error es verlos como niños, y no como personas adultas en formación. Mi humilde y breve aportación en el blog, el día 9 de julio:
    http://chematapia.blogspot.com.es/2012/07/en-mis-andanzas-matutinas-al-doblar-una.html

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