Los que somos «devoradores» de cómics sabemos que muchas veces ilustradora y guionistas se documentan en hechos de la vida real o de la historia para «construir» sus viñetas.
Y Hergé no podía ser menos, sino como en tantas de sus facetas es más.
Por eso hoy os vengo a contar como se ilustro para sacar a unos «malos» en su primer álbum a color, «Tintín en el Congo».
En la viñeta que aparece en el post vemos al hechicero de una tribu que ha adoptado al joven belga hablándole a otro de los «malos» de los aniotos, los «Hombres Leopardo».
Lo que puede parecer una invención del artista para dar un toque de misterio a su historia no lo es.
Los «Hombres Leopardo», más conocidos como aniotos en el Congo, existieron y vivían principalmente enla región de Stanleyville.
Eran una secta realmente sangrienta que opero al menos hasta 1936 y para los que no existían límites en su violencia.
Los aniotos no dudaban en matar a quienes les ordenaban, incluso despedazando sus víctimas y según las historias incluso practicando actos de canibalismo.
Todos estos motivos fuerón quizás los que llevaron a Hergé a introducirlos en su álbum «Tintín en el Congo» publicado en 1930 tras haber visto una escultura de un anioto en el Museo del Congo de Tervuren.
Una invención, no, una triste realidad sacada a la luz por Hergé.