Hay mucha gente que cree que los cómics son solamente superhéroes y manga, que son cosas de “críos”, y se olvidan del gran vehículo que son para cultura y que podemos encontrarnos con álbumes que tratan de cualquier tema, que hablan de gente normal, de sentimientos, y muchos tienen un carácter reivindicativo muy fuerte.
Por eso cuando comencé a leer la novela gráfica de la que quiero hablaros hoy, me di cuenta que estaba ante un libro especial. Basándose en la novela de la alemana Lisa Tezner publicada 50 años antes, Hannes Binder, ilustrador suizo, adaptó la obra original publicada en dos volúmenes, y en 1991 edita esta novela gráfica: Los hermanos negros.
Partiendo del relato de Lisa Tezner, nos cuenta la historia de Giorgo, un niño que, por circunstancias económicas de su familia, se ve obligado a abandonar su pequeño pueblo de Sognono y marchar a Milán a trabajar con un contrato de aprendiz de deshollinador, en unas condiciones realmente malas.
Un padre que se ve obligado a vender a su hijo por las necesidades económicas por las que está pasando la familia, los problemas del viaje y la dura vida que les espera en Milán, son relatados en esta novela gráfica.
Los pequeños deshollinadores y su conmovedora existencia son retratados con crudeza, recordando ambientes similares a los recreados por Dickens en sus novelas.
Crudeza en el relato y crudeza en los dibujos que lo acompañan, en blanco y negro, a plumilla.
Pero a pesar del dramatismo que impregna “Los Hermanos Negros”, esta es una historia amable, llena de confianza en el futuro, optimista y con un final feliz. Aunque mientras lo lees no lo parezca, es la historia de un niño con “suerte”, que a pesar de su desgraciada existencia acabará dando un paso fundamental que cambiará su destino.
Cargado de personajes «malvados» y de buenos sentimientos, «Los Hermanos Negros» no te dejará indiferente.
Leí ese libro cuando tenia doce años.Lo he buscado para que lo lean mis hijos,pero no hay manera.Seguiré buscandolo.
Yo cogi el cómic en una biblioteca municipal de Zaragoza y la verdad es que me encanto.