Recuerdo las primeras veces que me conectaba a una BBS, servicio de mensajes y ficheros popular de los años 90, halla por el año 1993. Usábamos un modem Supra de 56kb y los tiempos de «carga» eran realmente largos, estábamos a costumbrados a ver como se dibujaba nuestra pantalla.
Al poco tiempo comenzó telefónica a irrumpir con sus líneas RDSI de 64 y 128kb y las mejoras fueron increíbles; además desde los sistemas de BBS como FirtsClass que era el que yo utilizaba, comenzaron a aparecer «pasarelas» que nos permitían conectarnos con otros usuarios de otras BBS y mas tarde con cualquier privilegiado que tuviese una dirección de correo de Internet.
La web comenzaba a nacer y Netscape era nuestro navegador preferido, que «chulas» eran aquellas webs con el fondo gris…
Hoy en día la necesidad es estar conectado y buscamos dispositivos «allways-on» que os permitan tener accesos a la información y a los datos en cualquier momento y en cualquier lugar.
Y no me estoy refiriendo ahora exclusivamente a datos de trabajo sino a cualquier servicio de los que estamos «acostumbrados» a utilizar, desde las redes sociales, a encontrar un restaurante o una farmacia, hasta algo tan habitual como saber a que hora llega el autobús urbano a nuestra parada.
Quiero decir con ello que la gran explosión de servicios en la web esta creando, o agrandando la famosa «brecha digital»; vivimos en una sociedad repleta de nativos digitales que comienzan a tener una presencia importante en todos los sectores, y esto supone que habrá gente que tendrá que hacer un esfuerzo » extra» por estar al día de las nuevas tecnologías y conocer las posibilidades que la «red» nos ofrece.
No quiero decir con esto que tengamos que convertirnos en unos geeks o frikis de la tecnología pero sí tener los conocimientos suficientes para saber afrontar la nueva realidad.