Carnaval toda la vida…

El pasado fin de semana del 18 de Febrero se celebró el Carnaval en multitud de localidades en España. Yo, pese a que cuando era «joven» había disfrutado de esta fiesta en compañía de mis amigos viajando incluso a lugares como Bielsa, he de reconocer que desde hace unos años mi celebración se ha limitado a comer «longaniza» el Jueves Lardero y a preparar los disfraces de mis hijos para el Carnaval del colegio.

Este año la propuesta consistía en «volver» a Huesca al Carnaval para disfrutarlo en «familia» con unos amigos y luego por la noche continuar la fiesta los de más de 18.

Me apetecía, era un buen plan y no dudamos en ir. Tras alguna semana de preparativos, solamente para los niños llegó el sábado de carnaval. Los disfrazamos y nos dispusimos a salir a la Fiesta.

Lo que me encontré me sorprendió; no estaba en un Carnaval de Huesca desde mediados de los 90 y puede comprobar con mis propios ojos cómo la ciudad entera se volcaba en él.

Al igual que ocurre con las Fiestas de San Lorenzo, en el caso del Carnaval la fiesta y los disfraces se palpaban en el ambiente, una ciudad llena de disfraces y máscaras que animaba como siempre a la fiesta.

Estuvimos disfrutando del desfile, donde vimos a comparsas más o menos originales, con disfraces trabajados o simplemente con muchas ganas de pasarlo bien; los «señor patata», los «Lego» o las «enfermeras anti-recortes» entre otros hicieron las delicias de todos los que estábamos aguantando el frío de la noche oscense.

Muchas ganas de sumarme a la fiesta, de disfrazarme, de ver cómo la frase de «al mal tiempo buena cara» tomaba la mente de todas las personas que habían decidido dar una nota de color e ilusión al Carnaval de Huesca.

Luego por la noche, disfrutando de una copa en el «Juan Sebastián Bar», continuamos viendo a gente con ganas de pasárselo bien -ese tirolés, o el capitán de barco…- ¡Hasta llegó Caco magníficamente disfrazado de vikingo!. Todos parecían moverse al ritmo de la canción de Los Fabulosos Cadillacs que da título a este post.

Me gustó volver, me alegró comprobar las ganas que la gente tiene de fiesta y me «picó» un poquito no salir yo también con un buen pelucón a animar la noche, pero el año que viene seguro que estoy allí y os cuento lo que dio de sí.

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