Soy de los que disfrutan con la Navidad. Me parece una época bonita, un gran momento para compartir y disfrutar. Pero he de reconocer que las de este año me están dejando algo “frío”.
Puede decirse que tengo “espíritu navideño”; me encanta adornar la casa, montar el Belén con Pablo y Lucía, me gustan los “tradicionales” paseos a la Plaza del Pilar o a la CAI para ver belenes, las fiestas, el turrón y los regalos.
Pero este año no conseguía encontrar esa magia, no tenía sensación de Navidad.
Al principio lo achacaba al tiempo meteorológico tan benigno que ha estado haciendo. Otros años en esta época del año las heladas ya habían hecho acto de presencia, pero hasta ahora no llevamos más que alguna que otra “rosada” en los coches. Pese a que ha hecho frío, el invierno parece que sigue sin llegar.
Ni tan siquiera la función navideña de mis hijos, “pistoletazo de salida” de las fiestas, había hecho que sintiese la magia.
Y ayer acabé de verlo. Salí por el centro de Zaragoza y me encontré con una ciudad que tampoco estaba volcada en las fiestas. Aunque las radios pongan villancicos hasta el 7 de enero, el aspecto de Zaragoza era de todo salvo navideño.
Si te alejas de la Plaza del Pilar con su Belén, su mercadillo y su pista de patinaje sobre hielo, el resto de la ciudad, incluidas sus calles principales, no se “ha vestido de fiesta”; solamente los centros comerciales parece que siguen con la tradición.
Si paseáis por el Paseo Independencia, la calle Cádiz ó Cinco de Marzo, veréis mucha gente por la calle comprando o paseando… pero ni un solo adorno navideño, ni una sola luz.
Este año parece que ni comerciantes ni Ayuntamiento ha querido engalanar la ciudad, y la verdad es que, al menos a mí, me ha dado mucha pena y me ha parecido muy triste.
Las calles sin luces daban una sensación de no-Navidad. Entiendo que hay crisis, los recortes de gastos y todas esas cosas, pero si todos caemos en esa dinámica de que todo va mal nunca conseguiremos nada. Como comentó Jam en mi post anterior, “te pasas la vida esperando que pase algo y al final lo único que pasa es la vida, no esperes ¡haz que pase!”.
No nos dejemos llevar por la situación, que sé que es muy mala, sigamos intentando “vivir con normalidad”, luchando y haciendo que las cosas vuelvan a ser lo que eran.
Feliz Navidad, 2012.