Vivimos en un mundo digital, no me cabe ninguna duda, y yo me considero muy de este mundo y muy digital, pero todavía siguen existiendo cosas que los bits no pueden sustituir, y de una de estas cosas es de la que voy a hablaros hoy.
Al igual que todos mis posts empiezan escritos sobre una libreta de papel, soy de a los que les gusta que ciertos libros estén impresos en papel.
En los últimos meses, me han regalado más libros que nunca; desde que el verano pasado me regalaran “La piel afilada”, al último en Reus el 23 de Abril, día de San Jorge, y la verdad es que hacía mucho que no me regalaban libros. Quizás el hecho de tener una madre librera tenga que ver con el tema, pero he de admitir que me ha encantado que lo hagan. Mi biblioteca particular está creciendo con títulos como “La alargada sombra del Amor”, “El Ocho” o “Afer Dark” que poco a poco voy saboreando; el papel impreso sigue siendo el papel impreso, y pese a la imparable inmersión del libro electrónico, en mi vida el papel tiene un gran valor.
Menudo “chasco” cuando en la presentación del tercer volumen del Ciclocirco, su autor Josema Carrasco nos trasmitía que solamente existiría en digital. Lo siento, soy de los románticos, me gusta el olor a papel y el peso de los libros.
Quizás por eso cada día leo más, me he vuelto un “adicto” a la biblioteca de debajo de casa y un “consumidor” del book-crossing que busca libros “liberados” e intenta liberar los suyos.
Y no solamente lo hago porque me gusten los libros, sino porque me gusta leer, y poder compartir con mi familia y amigos esta afición, mis libros, lo que he aprendido de ellos; me encanta tumbarme en la cama con mi hijo de seis años a escucharle leer o cuando mi hija mayor “me reclama” diez minutos más de tiempo antes de dormir para leerse alguna página más.
Creo que debemos seguir leyendo, seguir transmitiendo esta buena costumbre, pero no lo hagamos como nos hacían en bachiller obligándonos a leernos “tochos” que nos hacían más aborrecer la lectura que amarla, consiguiendo transformar un placer en el peor de los castigos.
Pienso que como ocurre con la música, leamos lo que nos apetezca, lo que nos guste o lo que nos llene, o simplemente lo que nos divierta sin dejarnos influir por “modas”; no intentemos leernos un libro de esos que se ha leído todo el mundo, quizás a nosotros no nos guste.
No dejéis de devorar libros, cómics, revistas… Acercaros a la biblioteca de vuestro barrio y haceros socios, buscad algún punto de book-crossing o simplemente aprovechad alguna Feria del Libro y volved a “meter” los libros en vuestra vida y descubriréis que es un gran placer. Oled una vez más el papel impreso, no olvidaréis su aroma el resto de vuestra vida.
La lectura es un momento explendido en todo, conseguir un rato al dia para leer y sobretodo imaginar esos mundo que nos explican es magnifico, relajante y placentero. Muy Isaac buen articulo y mas viniendo de un hombre del nuevo mundo digital.
Gracias por el comentario caballero…. además a ti también te gusta la lectura…
Saludos Isaac
Yo leo cómic,y en papel,me gusta sentirlos y aunque ahora los precios están por las nubes sigo comprando.Todos los tengo ordenados,en fundas de plástico y cada día le intento incitar a mi hijo para que los lea,un día lo conseguiré ;D
Leo cómic digitales también,mas que otra cosa porque hay demasiados y no puedo comprarlos todos.
Saludos
Gracias por el comentario, yo también leo comics y alguna vez hasta los comento.
¿Conoces a Josema Carrasco? Es buen amigo mio, ahora esta preparando el volumen 4 del Ciclocirco, te recomiendo que no te los pierdas.
Un saludo, Isaac